Una crisis de sobreproducción es la situación económica ue se produce cunado la oferta de bienes existentes no puede ser absorbida de ninguna forma por la demanda, de…

En su origen, los caciques (de la palabra cakchiqueles) eran los jefes de las tribus indígenas del Caribe y Centroamérica. Por extensión, se utiliza para denominar a la oligarquía local, propia de cada pueblo y ciudad, y que históricamente hace referencia principalmente a aquella que se desarrolló en España a lo del siglo XIX y principios del XX. En ese contexto histórico, el cacique es el personaje público o cargo político que ejerce el poder en una localidad de modo absoluto a partir de su posición económica o política privilegiada, tomando decisiones políticas en base a sus intereses o ideología reaccionaria, desarrollando de esta forma un abuso de poder y clientelismo sobre el pueblo llano. A esta forma de poder desarrollado por los caciques se la denomina caciquismo.
El caciquismo y su praxis política, salpicada continuamente de corrupción, fue una constante en la España de los siglos XIX y principios del XX. A lo largo de la Restauración Borbónica, entre 1874 y 1931, el caciquismo, dirigido por la oligarquía local (terratenientes, frecuentemente) y dirigentes políticos y religiosos locales (alcalde, juez, cura, maestro y mandos de la Guardia Civil), fue un elemento fundamental de la política española, aceptado implícitamente tanto por los partidos conservadores como por liberales, en la medida que permitía el reparto de poder entre ambos sectores políticos, a través del encasillado y consecuente pucherazo, para manipular los resultados electorales. A cambio de esa elección irregular de diputados, los caciques lograban el total apoyo del gobierno para mantener su poder político y económico local.
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